Algunas cosas han cambiado para Living Colour desde aquellos años noventa y tras su reunión en 2001, pero, desde luego, ninguna de ellas ha afectado a su talento ni a su capacidad para componer estupendas canciones. Sin perder raíces, la música de los neoyorkinos se ha vuelto a ratos más oscura y también seguramente más directa, lo que no les impide seguir sonando frescos y aportando ideas. En “The Chair in the doorway” hay temazos de auténtico hard rock (“Burned Bridges”), genialidades como “Young Man” y algún guiño al rock progresivo/AOR (“Behind the sun”). Corey Glover sigue siendo un fantástico vocalista y Vernon Reid un estupendo guitarrista. El tiempo pasa, el cuarteto madura y se reinventa y suena que da gusto. ¿Se puede pedir más?
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario