Comprendo hasta cierto punto a los fans más acérrimos del grupo y, aunque conozco su material anterior, me alegro de no ser uno de ellos, porque eso me habría impedido disfrutar totalmente de un disco tan, en mi opinión, bueno como este retorno a escena 8 años después de “Heretic”. El resurgimiento de la mítica formación de Florida presenta, a mi modo de ver, un cierto paralelismo con lo que supuso el “Monotheist” de Celtic Frost en el sentido de traernos un sonido actualizado y diferente (y notablemente industrial, lo que revela una bastante posible influencia de la colaboración de Dave Vincent en Genitortures, la bada de su esposa) que, ciertamente, hasta el tercer corte hace casi imposible identificar a los autores de la música. Una vez solucionado este “hándicap”, los fragmentos de death metal con inconfundible marca de la casa y los sonidos más actualizados (y las canciones estupendamente resueltas) se van sucediendo en un disco variado, divertido y con calidad en otro acertadísimo fichaje de Season Of Mist. Metal extremo del siglo veintiuno.
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