Ha habido que esperar para que ocurra, pero el primer disco que escucho de Prurient en el que Ian Dominick Fenrow se dedica a hacer algo más que ruido es todo un DIEZ con letras mayúsculas. Sin olvidarse de la inevitable -pero, esta vez, pequeña- referencia a su pasado más inmediato, el de Wisconsin nos regala un disco fresco y original, variado, que empieza con un par de temas de electro-hardcore o electro-screamo y continúa por los terrenos del ambien bastante oscurillo, transmitiendo una imrpesión general bastante análoga en la mayoría de los sentidos a la que me produjo el “Kapitel” de Goethes Erben. 100% recomendado.
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