Un orgasmo musical. Es la mejor definición que se me ocurre para describir las sensaciones que produce la escucha del que fue debut de este trio procedente de San Diego que, sin solución de continuidad nos brindan tres cuartos de hora de pura energía en forma de riffs y grooves en los dos cortes de un disco que, por su estructura, podría considerarse como una jam session para la versión psicospacerockera del “Crimson” de Edge Of Sanity. Todo un despliegue de facultades al servicio del hedonismo puro y duro del oyente. Otro imprescindible (y van dos).
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