Bigelf vienen de LA, pero su debut fue editado por una compañía sueca y, si prestas atención a los teclados, la verdad es que suenan muy Opeth. Más allá de analogías, aquí hay muy buena música, temas con gancho (aunque las estructuras de los temas, en un principio originales, puedan terminar haciéndose un poco predecibles) y divertidos y buenos instrumentistas. El disco engancha desde el comienzo hasta el final con su referencia indiscutible a los comienzos del rock progresivo y sus pinceladas humorísticas y un poco glam aportadas por el estilo vocal de Damon Fox. Me pondré a escuchar su obra más reciente, pero, desde luego, “Money Machine” es como para no perdérselo.
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