Debido a mi espesor mental de los últimos días, me costó poner nombre y apellidos a la voz a la que me recuerda el registro de uno de los dos miembros de este trío californiano, y resultó ser Johan Edlund. Más allá de esta anecdótica analogía vocal y en algunas atmósferas sonoras, lo que tenemos aquí es un pedazo disco de sludge bastante dinámico, con tintes oscuretes y referencias psicodélicas. “Matador”, haciendo honor a su título, entra fácil y engancha casi a las primeras de cambio. Sería una gozada verles en directo.
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