De nuevo un “más vale tarde que nunca” llega a mis oídos: el debut en solitario del ex-miembro de los australianos Triosk (también reseñados en esta entrega) es una auténtica catarsis sónica minimalista conducida por las pulsaciones casi líquidas de las teclas ocasionalmente acompañadas de samplers y otros sonidos de naturaleza electrónica que contribuyen a que nos dejemos arrastrar por unas atmósferas que mutan de lo onírico a lo pesadillesco con la misma facilidad con la que parecen salir de la mente de su autor. Excelente.
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