Érase una vez un quinteto navarro de música electrónica que decidió incorporar instrumentos y percusiones tradicionales de su tierra a su sonido. Quién sabe si el único propósito de esta decisión era captar oyentes, pero lo cierto es que la idea funciona, y lo hace porque este debut en larga duración tiene muchos más argumentos que el exotismo folclórico arriba mencionado. Junto a los ritmos ibicencos, un cierto gusto por el world music y la presencia -ya ciertamente habitual en este estilo- de algunos guitarrazos sampleados, estamos ante un disco rico en recursos y con bastantes temas de indudable gancho que esperamos les sirva para hacerse un hueco en la escena internacional. Y, por supesto, en la nacional.
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