De todos las mutaciones del post- conocidas y por conocer, la que lo emparenta directamente con el jazz es aún un territorio yermo para mí. Eso sí, como todas las bandas del género sean tan buenas como el proyecto de Danny Grody y Trevor Montgomery, poco voy a tardar en zambullirme en él. Hipnótico, relajante, evocador, cálido, envolvente, “Memory Drawings” es un abrazo taciturno, una caricia interminable en una madrugada de insomnio, un opiáceo inofensivo para el organismo y embriagador para el alma.
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