Pat Grossi creció con el synth-pop de los 80 y cantó en un coro cuando era pequeño. Ambos hechos quedan notorialmente reflejados en este su proyecto en solitario que hace uso de los recursos electrónicos más populares hace tres décadas dando como resultado un sonido elegante, etéreo y emocional al mismo tiempo y lo sitúa en un un punto cercano a la música de M83. El disco rezuma sensibilidad y belleza y el único pero achacable es su escasa media hora de duración.
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