Metal sueco...hecho en Florida. El tercer álbum de estos norteamericanos poseídos por el espíritu del metal nórdico es un trabajo de consolidación dentro de un estilo en el que se han ganado una merecida y privilegiada posición gracias a su buen hacer, la calidad técnica de sus músicos y, fundamental -aún más dentro de este género-, por la personalidad de su música. Metal melódico a medio camino entre el thrash y el death con tintes progresivos y temas más que buenos, especialmente a partir de “The Bridge”, momento en el que empiezan a desplegar -con el necesario equilibrio y sin alardes individualistas- todo su talento y habilidad. Más que recomendable para cualquier amante del género.
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