No han cambiado mucho las cosas en el tercer disco de Blackfield a pesar de que casi todos los temas han sido escritos por Aviv Geffen -Steven Wilson estaba ocupado con su disco en solitario-. Y ambos hechos son positivos: por un lado fundamentan el talento del israelí y por otro consolidan el proyecto dentro del género del art-rock. Quizá el único bajón del álbum se produzca tras los dos primeros temas -adentrándose tal vez en composiciones demasiado pop-, pero desde “Blood” hasta el final volvemos a encontrarnos con los Blackfield impecables y con el gancho al que nos tienen acostumbrados. A modo de curiosidad, la portada de “Welcome to my DNA” fue rechazada por los miembros de Marillion para su álbum de 2007 “Somewhere else”.
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