Si bien tras varias escuchas no me ha llegado a parecer tan brillante ni producir el impacto que me causó en la primera, hay motivos más que suficientes para prestar atención al proyecto de Lynn Standafer, músico originario de Cincinnati, Ohio: sus ritmos rotos e industriales, sus oscuras y efectivas atmósferas y, por encima de todo – al menos desde mi punto de vista- la voz invitada de Sol Thomas, que ilumina dos de los mejores cortes del disco, especialmente “Sublime” -que hace honor a su nombre-. Aun siendo la más destacada, la suya no es la única colaboración del cedé, lo que, unido a su participación en un proyecto como The Blood Of Heroes, supone un aliciente más para dedicarle unos minutos de vuestro tiempo.
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