Para nada me imaginaba yo que iba a reseñar un disco como este, pero me he tenido que rendir a la evidencia en forma de los temazos que contiene el segundo elepé de este cuarteto canadiense de puro heavy / hard rock con momentos para algún ramalazo de trash - “Lady Killer”, el corte que abre, sin ir más lejos- y alguna que otra influencia -la voz de Mikey Heppner no deja de enviar flashes sónicos de Offspring a mi mente- algo más moderna. Sea como fuere, estos tipos deberían estar más arriba de lo que la maquinaria musical les ha colocado.
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